martes, 23 de agosto de 2011

Aerolineas Argentinas, creación del gobierno Peronista

Seguimos investigando, y en esta ocasión resulta mas que interesante remontarse al inicio histórico de una empresa que en los últimos tiempos se ha encontrado en la mira de todos, haciéndose muchas veces errados análisis de su funcionamiento sin lograr entender en muchos casos que contar con una línea aérea de bandera es indispensable.
Si algo caracterizó a la política económica del peronismo en su etapa inicial esto fue la nacionalización de los servicios públicos. Discutida y atacada duramente por la oposición, esa política sin embargo fue llevada adelante con una firme decisión por los conductores del modelo.


Desde 1929 funcionaba en el país una sola empresa aérea de transportes: Aeroposta Argentina, que inició sus vuelos con aviones franceses Late 25. En 1933, por medio de un apoyo oficial, se incorporaron nuevos aparatos que ampliaron el pasaje de cuatro a ocho pasajeros por vuelo. Cuatro años después esta compañía adquirió aviones Junkers, de fabricación alemana, con mayor potencia y capacidad para 17 personas, lo que permitió aumentar los servicios y reducir el tiempo de vuelo.  
Pero el esfuerzo que significaba sostener y ampliar estos servicios obligó a convertir a la empresa en una sociedad mixta con participación estatal, lo que se formalizó en 1945. También en ese año el gobierno dispuso crear otras tres empresas mixtas de transporte comercial y se constituyeron así la Flota Aérea Mercante Argentina (FAMA), para la explotación de rutas internacionales la Sociedad Mixta Zonas Oeste y Norte de Aerolíneas (ZONDA), que vinculaba a Buenos Aires con el interior del país, y la Sociedad Mixta de Aviación del Litoral Fluvial Argentino (ALFA), cuyas líneas conectaban con la Mesopotamia, Asunción del Paraguay y Montevideo.
 La más importante, FAMA, aprovechó la asunción del nuevo presidente, el 4 de junio de 1946, para inaugurar sus servicios regulares a Europa y Santiago de Chile. Cuatro meses después agregó Río de Janeiro. Pero los déficit aumentaban y el gobierno resolvió unificar todas las empresas; mediante un decreto, el 3 de mayo de 1949 se incorporó al patrimonio nacional a las cuatro compañías. “El 51 por ciento del capital era del Estado y el resto de empresas privadas.  
Pero el sector privado no aportó las sumas que le correspondían para reducir el déficit y llegó un momento en que la deuda superaba al capital aportado. Entonces con la firmeza que lo caracterizaba, Juan Domingo Perón decidió crear  una sola empresa estatal y fundó Aerolíneas Argentinas, en marzo de 1950 en trabajo conjunto con el entonces ministro de Transportes, coronel Juan F. Castro. La nueva empresa monopolizó el cabotaje interno y recibió como sedes el edificio de la Oficina de Ajustes, que utilizaban los ferrocarriles, en Leandro N. Alem y Alsina, y el Palacio del Viajero, en Perú 22. “Los cuatro talleres que había se centralizaron en uno solo: Ezeiza. Apenas creada Aerolíneas inauguramos los servicios regulares a Nueva York. La base de la flota eran 36 aviones Douglas DC-3, y para los vuelos a Europa y Estados Unidos se utilizaban los flamantes DC-4. La flotilla de hidroaviones Sandringhan sirvió para atender los servicios al Litoral”, explicó Castro.
El ingeniero Maggi, su sucesor en el ministerio, exaltó, a su vez, la construcción del aeropuerto Ministro Pistarini como “una obra perdurable” y enumeró la ampliación y perfeccionamiento de las viejas pistas de tierra del interior del país: “Se hicieron nuevos aeropuertos -dijo- en Río Cuarto, Río Gallegos, Río Turbio, Ushuaia, Comodoro Rivadavia y Comandante Espora".
Es fundamental replantearnos compañeros cuan importante fue esta medida adoptada por el gobierno argentino, dando una nueva muestra de la utilización de todas las herramientas posibles para la transformación de la realidad y acercar al pueblo otro servicio que hasta ese entonces se encontraba reservado para unos pocos poderosos.
La historia se ha encargado de demostrar los malos resultados de la intervención no controlada de los privados en este sector. El transporte aerocomercial necesita una independencia de los actores que busquen condicionar su uso y no le permitan desarrollarse al servicio de la gente.
Hoy Aerolíneas Argentinas y Austral tienen control sobre el 80% de los vuelos que se realizan en Argentina, entonces como no reconocer otro mérito de este gobierno nacional y popular el de recuperar la toma de decisiones de las mismas. Hasta el año 2008, cuando se restatizaron las empresas, capitales españoles manejaron los destinos de millones de personas y cargas durante 18 años.
La conclusión es simple, desde Perón a la actualidad, quien puede permitir que un servicio como el aerocomercial no pertenezca al pueblo argentino? Nosotros como peronistas no!!

Un fuerte abrazo para tod@s!!!!



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